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miércoles, 20 de julio de 2011

DE LA VIDA POLÍTICA. III. La política.


         El concepto generalmente aceptado es que la política es el arte de lo posible. Pero nada más erróneo. El que asevera tal cosa es para que usted se confunda.
         Definitivamente la política es el arte de lo imposible. El que lo entienda y sepa canalizar correctamente los imposibles tendrá abierto el camino al poder, el camino a un gozo individual más que excitante. Un canal de sorpresas y satisfacciones.
         Si resuelve los imposibles, si eliminó sus últimas inclinaciones éticas y morales, si aprendió a vivir con el desorden, usted en verdad esta bastante bien preparado para iniciar una campaña política e integrarse plenamente al clan de ciudadanos con el mayor sentido de la oportunidad posible.
         El hombre nace con la política, la que lo va adaptando sutilmente a través de la historia. Pero tiene un principio básico que es el derecho de los menos a hacer funcionar a los más. Si es en beneficio propio mejor.
         Ya sabe usted que la democracia no funciona si usted no la dirige. Así que pruritos afuera. De modo tal que lo que usted desee imaginar y quiera tener, desde el momento que la política se lo permita, es suyo.
         De todas maneras conviene ser previsor. La vida útil de su clase, en la que usted ahora participa e integra, es limitada. Así que aproveche al máximo todas las posibilidades que tenga a su alcance. Porque mientras dura, a veces más a veces menos, son ilimitadas las posibilidades de que usted asegure su futuro, el de sus hijos, nietos y si le va bien tataranietos.
         Luego ellos se encargarán de dividir y gastar lo que usted acumuló. Pero seguramente usted ya no lo verá.