Usted sabe que un vehículo es sinónimo de condición social. Su “status” se mide por las cuatro ruedas que utilice. Es la asombrosa manifestación visible de su nueva estela.
Regale su viejo cachivache, malvenda, pero sáqueselo de encima. Elija un cero de moda, mediano mejor para no molestar del todo. Pero el que compre deberá ser lo mínimo necesario como para que la ciudadanía que lo votó se de vuelta al verlo pasar y reconozca una vez más lo importante que va dentro.
Por supuesto debe estar preparado para alguna puteada. Pero cierre los vidrios –recuerde que ahora tiene a/a, no haga como el bruto que baja el vidrio y saca el brazo- ponga polarizado, celular manos libres, chapita oficial y un discreto “Libre Estacionamiento”.
No se preocupe si la ciudadanía lo discrimina. Usted ahora es una persona muy importante para el País, y ellos no lo pueden comprender. Así que ignórelos y téngales compasión.
A su señora naturalmente deberá regalarle otro cero. No tan como el suyo, pero de su gusto. Llévela a la agencia y que elija. Hay buenos planes de financiación pero ahora usted podrá pagar la cuota. Pero no saque créditos de más de cuatro años de plazo, porque podría no ser reelecto.
Ahora sí. Volvamos al suyo. Nuevo eh! Cero kilómetro ¡! Ese aroma a nuevo, tapizado espectacular, aire tan refrescante, 16 válvulas a la cabeza (que le harían falta en la suya pero disimule ¡), doscientos kilómetros por hora … hasta va a segregar feromonas. Nunca soñado.
Eso sí, no olvide que éste cero no es su batata antigua. Ojito con la relación de peso/potencia y distancia de frenado … El batatón andaba a 60 a duras penas. Este es un avión. Muchos se olvidaron de éste consejo y se imagina cómo terminaron y donde están. Así que precaución. Maneje con cuidado y cuide la vida. Recuerde que correr es divino y hacerse pelota es humano. Y sería tristísimo que justo ahora que empieza a disfrutar de la vida la pierda.
Si fue electo para una localidad chica siga con la batata. No cambie nada. Ahorre para cuando no siga en política, porque si cambia el auto, las malas lenguas, la envidia y el puterío local lo demolerán en dos días. Aguante ahora para disfrutar más adelante.