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jueves, 21 de julio de 2011

DE LA VIDA POLÍTICA. VI. Los discursos.

Usted debe aprender a hablar más rápido de lo que piensa. No le importa   a nadie lo que piensa ni lo que dice.
         Ahora si usted tartamudea… sonó. Entonces debe escribir los discursos. Porque nadie votará a un candidato que no habla corridito.
         No se convenza de que lo que va a decir es importante que se entienda. Lo están escuchando a medias. Serán muy poquitos los que le sigan el hilo, y éstos generalmente son los más tontos. Porque si hay algún vivo no lo va a estar escuchando a usted.
         La práctica le va a ir dando frases de memoria, conceptos clásicos y esquemas que no importan que sean repetitivos porque nunca estará en el mismo lugar. Cada tanto meta la palabra “claramente” que convence a los demás que usted sabe lo que está diciendo.
         Lo más importante es que el discurso vaya in crescendo, de menor a mayor, con silencios intercalados que generen expectativas y despierten a los que se durmieron.
         Cuando usted sienta en su piel la emoción del público, debe rematar con una frase espectacular, un golpe de efecto que provoque hilaridad. La locura es contagiosa. Con un auditorio ahora más atento, debe ir terminando porque alguno va a prestar atención a las idioteces que está diciendo.
         Si necesita mayor espectáculo en auditorios más humildes, por decirlo con elegancia, deberá disponer de dos o tres punteros que distribuyan tetra etílico. Con algunos etilizados el espectáculo será fantástico. Usted también tómese un traguito para no desentonar.
         Ahora bien, en los recintos las cosas son distintas. No se confunda, no es lo mismo el pupitre que la tribuna. Hay más formalidad. Pida que le preparen algo con más sentido común. No improvise porque muchos que lo hicieron se enterraron definitivamente. No se le ocurra por ejemplo decir “tenemos que dejar de robar”. Será famoso de por vida.
         Por otro lado siempre tenga en cuenta que los periodistas están al salto de lo que dice o no dice, de lo que hace o no hace. Y lo peor es que lo publican y si lo escrachan chau.
         Si metió la pata despídase. No hay forma de desmentir, de decir que no lo dijo. Así que esté muy atento amigo!